martes, 25 de agosto de 2020

Poder político y seguridad cooperativa

 


La constitución de un Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) en todo el Continente, o el avance parcial de iniciativas subregionales del mismo tipo, conlleva modificaciones sustanciales no sólo en la libre circulación de mercancías producidas en condiciones abismalmente diferentes sino, sobre todo, en la normatividad general de la zona y, con ello, en los ámbitos de acción de los sujetos, en el carácter y margen de maniobra de las instancias y en las atribuciones políticas de los pueblos y naciones firmantes.

De acuerdo con los Padres Fundadores, la libertad, la propiedad y la virtud son los grandes valores que dan forma y color a esta nación, y son precisamente estos valores, los que se encuentran en peligro frente a la amenaza que significan los otros. Figuras claves para entender la naturaleza de esos valores y los ejes de su seguridad, son Benjamín Franklin y Alexander Hamilton.
Este esquema, se proyectó posteriormente en las dos grandes doctrinas norteamericanas de corte geopolítico del siglo XIX, la Doctrina Monroe y el Destino Manifiesto, doctrinas que salieron a relucir en las aventuras expansionistas de 1846-1848 frente a México y, aún más afinadas, cincuenta años más adelante en 1898, en el Caribe y el Pacífico. En un primer nivel, esas doctrinas han actuado como las justificaciones geopolíticas e, incluso, teológicas de la política exterior norteamericana del siglo XIX .
De esta manera, se articula la expansión del mercado con los enclaves militares y los intereses de los capitales norteamericanos, ahora ya trasnacionales, anclados mediante la idea del excepcionalísimo norteamericano con el interés nacional. Son estas dos últimas, una meta política y la otra política, las que proporcionarán grandes dosis de legitimidad ante la sociedad norteamericana, en la medida en que la expansión del Estado corporativo, moderno, eficiente y por tanto civilizado, genera la suficiente riqueza como para elevar los salarios, incrementar el consumo e incorporar al individuo en una nueva organización laboral que, ideológicamente, actualiza los eternos valores norteamericanos: libertad, propiedad. Una vez conjuntados gobierno, corporaciones y sociedad dentro del espacio democrático del Estado corporativo, se requiere, entonces, afinar las reglas de ese espacio para avanzar como una verdadera unidad política.
El poder comprende atributos personales y de posición en jerarquía que se constituyen en la base de la capacidad para influir en las demás personas. Analizando el poder y la autoridad, se observa que el poder abarca atributos personales y de posición, mientras que la autoridad implica el poder
con base en la posición. Desde un punto de vista conductista, Simón profundiza el estudio del poder en la toma de decisiones en el contexto organizacional en términos de su estructura y propiedades internas, debido a que se requiere una concepción operativa. Simón sostiene que el proceso decisorio se guía a través de la racionalidad limitada que caracteriza todo comportamiento humano, incorporando los mecanismos de influencia a través de los cuales la organización controla el comportamiento de sus miembros. Luego el individuo es controlado por la organización por medio de la autoridad, el consejo, la información y el entrenamiento como mecanismos externos, y a través del criterio de eficiencia y lealtad e identidad organizacional. En conclusión, Simón crea una teoría organizacional que proporciona medios de dominación para asegurar el mantenimiento de la organización, del capital sobre el trabajo.

El hecho de evidenciar que las amenazas a la seguridad de los países pasan principalmente por la capacidad de interpretación que de las mismas tengan los tomadores de decisión en los ámbitos estratégicos, como también en la política exterior. Pero incluso más allá, dicha interpretación queda en nada si no se manifiesta dentro de un plano imaginario, el cual sería, para los mencionados autores, el espacio en el que se unen geopolítica y seguridad, debido a que es por medio de la geopolítica en que los tomadores de decisión “especializan” sus amenazas, así como también la posibilidad de contrarrestarlas, a través de decisiones concretas, las que se manifiestan en políticas de seguridad sobre un fenómeno u objeto en particular.

Cuando se cambia el foco de acontecimientos a procesos, los factores culturales adquieren en mayor medida una importancia considerable, teniendo en cuenta que es gracias a dichos elementos que se establecería una unión entre identidad y seguridad, relevando a un segundo plano la integridad territorial
como aspecto a resguardar en el plano internacional del Estado. Es más, de acuerdo a Paul Roe (2013), en múltiples ocasiones son las propias localidades ubicadas al interior del Estado, las que no logran un grado de compatibilidad entre la identidad y lo cultural con dicha institución, lo que da como consecuencia una serie de conflictos entre las partes involucradas. Pero incluso más, la visión cultural y de identidad no solamente reafirmaría una condición geopolítica determinada de una localidad, sino que, al mismo tiempo. lograría evidenciar que, en múltiples ocasiones, el Estado basa su propia concepción de seguridad en aspectos netamente simbólicos, lo que no solo da como resultado una clara incongruencia en los parámetros tradicionales de comprender a la geopolítica y a la seguridad, sino que, al mismo tiempo, devela los aspectos subyacentes que se esconden detrás de una eventual realidad.

A continuación se presenta un video explicativo sobre el tema:

Referencias bibliográficas

     Gallardo, F. L. D. (2007). Contribución de la geopolítica crítica a la comprensión de la actual concepción de seguridad. Revista Política y Estrategia, (108), 71-82.

     Scribano, A., & Zanin, E. S. (2012). La cabeza contra el muro. Geopolítica de la seguridad y prácticas policiales. Revista de Ciencias Sociales25(30), 11-32.

     Comblin, J. (1988). Doctrina de seguridad nacional (Vol. 1). Editorial Nueva Década.

      Luna, A. A. R. (2008). Seguridad nacional y geopolítica en América del Norte y Centroamérica. Revista Enfoques: Ciencia Política y Administración Pública6(8), 129-146.



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