martes, 21 de julio de 2020

La democracia en el Ecuador



El problema que se encuentra alrededor de la democracia siempre genera debates en donde las razones para definir la consolidación deben tener su propio criterio, esto sin la necesidad de tomar partido sobre las posiciones que intervienen en la polémica. Entonces es correcto mencionar que el conflicto político, en sus dimensiones estructurales, aparece como uno de los más importantes de los factores de desestabilización y que obstaculizan el proceso de consolidación democrático. La razón de esta incompetencia de poder gobernar se debe a muchas de las veces por las raíces históricas que tienen gran influencia socio políticas y culturales, siempre hay que mantener en pie que la democracia ha sido una larga tradición de Occidente, el liberal y representativo modelo de democracia debe ser inducido de manera forzosa para que este se haga realidad. Para el caso de Ecuador, este modelo aun no puede ser empleado en su totalidad ya que desde la época antaña se maneja un estilo de gobierno algo inestable.

El sistema político de la República del Ecuador tiene cierta visión integral de la edad contemporánea, pero su objetivo principal es el ofrecer cierta perspectiva de tener procesos que ha sido establecido a lo largo de los último treinta años, con esto se evidencia la falla que existe en el sistema democrático del país, a pesar de los casos desastrosos e inverosímiles han sido olvidados por el pueblo. Pero existen ciertos movimientos políticos como es el de los indígenas el cual en varios de los casos utiliza el diálogo o ciertos eventos de manifestaciones para contrarrestar algunas decisiones erróneas establecidas por el gobierno. 
La democracia en el Ecuador, como en la región latinoamericana, ha recibido muchos adjetivos y es excepcional que se haga referencia a ella sin que se la califique de incierta, incompleta, naciente, lo cual no hace del sustantivo algo definido ni prometedor. Sin embargo, vista en perspectiva desde el pasado hacia el presente, la democracia en la región no es reciente ni está en transición, como los analistas sobre el fin de las dictaduras del Cono Sur se han esmerado en tipificar. En el Ecuador nace como ideal y régimen político con los procesos de independencia de España. Ha conocido reiteradas interrupciones con diversas dictaduras, pero ha sido finalmente el régimen político que mayor duración ha tenido. Mal se le puede considerar a la democracia como un proceso reciente, a menos que se imagine que las colectividades pierden toda su historia y renacen con una interrupción autoritaria de corta duración. Los fenómenos del poder se moldean en el largo tiempo. Se trata de una evolución específica.


En sus 177 años, Ecuador ha tenido más de 20 Constituciones, de las cuales algunas han estado vigentes menos de 2; una, la de 1938, nunca llegó a entrar en vigencia y, desde 1978, han sido innumerables los intentos de reforma, configurando un sistema electoral ineficiente y volátil (Pachano 2007). En cada ocasión, las élites y los ciudadanos actúan como si el cambio de reglas de juego fuera el espacio de resolución de todos sus males, cómo si para cambiar el comportamiento de los actores bastara con reformar leyes y Constituciones. Esto ocurre aun cuando la violación de lo que dice la ley o la acomodación de las normas a los intereses particulares es una práctica común de los actores estratégicos. El gobierno tiene cierto monopolio partidista en donde la consulta en un referéndum sobre la gestión gubernamental, ahora lo que se refiere a las relaciones de los poderes, las reformas tendieron siempre a debilitar el legislativo y a fortalecer el ejecutivo. Un paso transcendental se dio en la Constitución de 1998, entre las que se destacan la reducción del juicio político a un simple acto simbólico. La constitución de 2008 mantuvo esa tendencia, aunque le devolvió al legislativo la facultad de censurar y destituir a los ministros. El punto más alto de la tendencia se originó en 1978, entonces a partir de aquí la constitución tiene cierta historia que lleva marcando a todos los atributos legislativos.
 En el año 2007, Rafael Correa
fue electo presidente de la república y es aquí donde existe un cierto cambio beneficio en donde se rompe la continuidad de desastres políticos de 1990 en donde se logró destituir a 57 diputados y permitió la formación de una mayoría gracias a la consulta popular. La actuación recurrente de “actores estratégicos” (burócratas, empresarios, partidos, militares, activistas de movimientos sociales, entre otros) sobre el accionar del gobierno, cuestionando el modo en que funcionan esas reglas de juego, planteando cambios en el desarrollo de los mismos o simplemente promoviendo su incumplimiento, afecta la manera en que se dan las condiciones de gobernabilidad del sistema. Si bien que los actores cuestionen el funcionamiento de las instituciones debería ser provechoso para mejorar las condiciones de la democracia en la que funcionan, la magnitud de esos cuestionamientos y el comportamiento de veto constante de muchos actores limitan las posibilidades de funcionamiento de la misma. La presencia de actores estratégicos con la pretensión de maximizar sus intereses particulares condiciona los niveles de gobernabilidad y hace muy difícil la coincidencia de intereses en torno a un único diseño institucional. Las elecciones a medio período, sin reelección inmediata, en vez de mejorar las condiciones de funcionamiento del Congreso, “tuvieron consecuencias desastrosas” para el sistema político. El calendario electoral generó inestabilidad y convirtió a la política ecuatoriana en una campaña permanente. No llegaba a finalizar una elección y los políticos ya estaban preparando su postulación para la próxima contienda en una dignidad distinta a la que se desarrollara en ese momento. La carrera de los políticos, medida por los cargos que han ejercido, era frenética. 


En las oportunidades en las que ha sido posible establecer algún acuerdo, la coalición ha sido la mínima necesaria para ganar y con el exclusivo propósito de apoyar leyes particulares, configurando alianzas fantasmas. Este nuevo esquema dotó de gobernabilidad al sistema político, aún cuando se violentó el Estado de Derecho en reiteradas ocasiones, bajo la legitimidad otorgada en las urnas hacia la Revolución Ciudadana. La crisis se inició con el intento de destitución por parte del Congreso Nacional del Presidente del Tribunal Supremo Electoral, Jorge Acosta, de Sociedad Patriótica, en marzo de 2007, sin previo Juicio Político como establece la Constitución Política. Esta decisión de los diputados de PSC, PSP, PRIAN y UDC se sustentó en el hecho de que el TSE convocó a la Consulta Popular con un Estatuto que no era el que había sido aprobado por el Congreso sino el remitido directamente por el Ejecutivo al Tribunal.


PSC 


PSP


PRIAN


UDC

Los ciudadanos también rechazan a los partidos. La investigación realizada por Seligson (2002), muestra que sólo un 21% de ciudadanos confiaba en los partidos políticos ecuatorianos. Esta baja credibilidad alimenta los intentos de reemplazo funcional de estas organizaciones por otros tipos de movimientos, que, si bien surgen en un contexto de pluralismo como organizaciones independientes, en la práctica terminan realizando las tareas de los partidos. Este resulta ser uno de sus peores momentos para el sistema de partidos ecuatoriano, toda vez que una mayoría de ciudadanos y sectores de las élites rechazan a los partidos, creyendo que es posible la política democrática por fuera de ellos, los partidos no parecieran estar dispuestos a llevar adelante profundas transformaciones en el modo de hacer política, aún cuando algunos ya han dado pasos en torno a ciertas estrategias de renovación. Si bien desde el gobierno se dejó ver la intención de disolver el Congreso, aún cuando la Asamblea no tenía potestad para ello según el Estatuto aprobado en la Consulta Popular; en la práctica, hubo presiones para que los diputados abandonaran la institución antes de que la Asamblea tomara posesión. Como reacción a los rumores que se daban en la prensa, al menos 35 diputados conformaron durante el mes de noviembre el Frente de Defensa de la Democracia para evitar que el Congreso dejara de funcionar, lo que consideraban un atentado a la democracia. Aún así, los líderes de ALIANZA PAIS consideraron que el mandato de la mayoría de los ciudadanos ecuatorianos había sido claro.

La participación ciudadana con los servicios del gobierno ecuatoriano siempre tiene cierto vínculo con algunas instituciones del Estado, ya que algunas personas que participan en algunas reuniones del consejo municipal parecen tener cierto respeto por las instituciones del régimen político en general, aunque hay que tener claro que no se puede creer totalmente en esta suposición. Existe un alto grado de certeza de asociación que no existe por parte de las instituciones gubernamentales.

A continuación se presenta un vídeo explicativo referente al tema:

 


Referencias bibliográficas

     Pachano, S. (2012). Estado actual y futuro de la democracia en Ecuador. Democracias en trans-formación¿ Qué hay de nuevo en los nuevos Estados andinos?, 83.

     Freidenberg, F. (2015). ¡ En tierra de caciques!. Liderazgos populistas y democracia en Ecuador. Revista Opera, (16), 99-130.

     Freidenberg F(2016). El Sistema politico ecuatoriano. FLACSO Ecuador.

     Sánchez-Parga, J., & Verduga, C. (1995). Conflicto y democracia en Ecuador. Centro Andino de Acción Popular.




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